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Ciencia y religión no están peleadas (aunque parezca que sí)

Una propuesta conciliadora

¡Qué bonito sería que cada vez que un científico y un religioso se cruzaran, en lugar de discutir, se tomaran un café y se pusieran a hablar sobre cuántas maravillas del universo han descubierto! Bueno, eso es, más o menos, lo que propone un libro tan grueso como interesante: Spiritual Information: 100 Perspectives on Science and Religion, editado por Charles L. Harper Jr., un compendio de cien ensayos que parecen decirnos: “No hay de qué preocuparse: pensar y creer no son enemigos. De hecho, pueden ser mejores amigos que tú y tu gato”.

¿Ciencia y religión? ¿Juntas? ¿En serio?

Sí, en serio. El libro es un tributo a la visión del filántropo Sir John Templeton, quien alguna vez dijo: “Cuánto poco sabemos, cuán ansiosos estamos por aprender”. Y como no era de los que se quedaban en palabras bonitas, se dedicó a financiar investigaciones en las que la ciencia y la religión no se miraran con desconfianza, sino con curiosidad (y, por qué no, con una ceja levantada de emoción).

Entre los temas que abordan los ensayos del libro están:

  • Cosmología, física y astronomía (¡ojo, fanáticos del Big Bang!)

  • Mecánica cuántica, matemáticas y lógica simbólica (para quienes rezan con una calculadora en la mano)

  • Evolución y propósito (que no es incompatible con Génesis)

  • Ética y sociología

  • Religión y salud

  • Contemplación y virtudes

  • Teología y filosofía

  • Religiones del mundo (pues no todo es Netflix, también hay que ver en qué cree el vecino)

Einstein y Dios en la misma frase

En otro post mencioné a Albert Einstein, el rockstar de la física, cuando dijo: “La ciencia sin religión está coja, la religión sin ciencia está ciega”. Y aunque no era exactamente un católico devoto, tampoco era ateo. En una carta de 1954 (que, por cierto, fue subastada por varios cientos de miles de dólares), escribió que creía en un “Dios de Spinoza”, una especie de inteligencia cósmica más allá de nuestras definiciones eclesiásticas, pero no negaba lo trascendente.

No se trata de forzar la fe en el microscopio, ni de pedirle al telescopio que lea la Biblia, sino de reconocer que ambos pueden llevarnos a la verdad, desde caminos distintos pero no opuestos.

¿Y qué dice la Biblia?

La Sagrada Escritura no le tiene miedo al conocimiento, ni a mirar al cielo y preguntarse qué hay más allá.

  • “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento proclama la obra de sus manos” (Salmo 19,2)

  • “Escudriñadlo todo y retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5,21)

  • “El principio de la sabiduría es el temor del Señor” (Proverbios 9,10)

Estudiar no te aleja de Dios. Al contrario, cuanto más descubres, más preguntas te haces… y más probable es que termines hablando con Él (o buscándolo en Google Maps, lo que ocurra primero).


🧭 Dónde buscar (además de en la Biblia)

Si quieres sumergirte más en este tema fascinante de ciencia + fe sin necesidad de ser un sacerdote con bata de laboratorio, aquí van algunos recursos que puedes encontrar:

📚 Libros:

📽️ Películas y/o documentales:


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