"¡Culpable!" Cuando ocurre un desastre natural, ¿le echas la culpa a Dios? ¡No serías tú solo! Hay quienes lo hacen más rápido de lo que tarda un rayo en caer sobre un árbol seco. Ya seas creyente, escéptico o practicante de la religión de “yo me inventé la mía”, es tentador pensar que detrás de cada terremoto, huracán o tsunami hay una Mano Todopoderosa lanzando rayos como si fueran dardos en una noche aburrida. De algún modo, culpar a Dios da cierta paz mental, aunque suene contradictorio. Porque si Dios es quien manda todo esto, al menos alguien está al mando. Y uno puede pensar: “Bueno, tal vez esto es parte de un plan celestial que no entiendo... pero que al final será para bien”. Pero… ¿y si no es culpa de Dios? Aquí es donde a muchos se les cruzan los cables espirituales. Porque si no fue Dios quien desató esa inundación que convirtió tu sala en piscina, entonces… ¿quién está al mando? ¿Nadie? ¿Todo lo malo es solo una serie de accidentes aleatorios y crueles de la...