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¿Ser santo en el siglo XXI? Misi贸n imposible... o no tanto

Cuando pensamos en santos, nos llegan a la mente seres que existieron solamente en el pasado. Muchas personas creen que ser santo en pleno siglo XXI es misi贸n imposible. La vida moderna nos bombardea con distracciones: redes sociales, series interminables, memes de mascotas juguetonas y la terrible tentaci贸n de posponer el despertador “cinco minutitos m谩s” (que se convierten en media hora).

Pero he aqu铆 una noticia: la santidad no es un privilegio exclusivo de monjes medievales ni de eremitas que viven en cuevas. La santidad es para todos, incluso para ti, que est谩s leyendo esto mientras deber铆as estar trabajando (no te preocupes, Dios es misericordioso... aunque tu jefe no lo sea tanto).

Los santos tambi茅n fueron humanos (y a veces un poco raros)

Si asumes que los santos nacieron con una aureola incorporada y nunca cometieron errores, necesitas conocer algunas historias reales. San Felipe Neri, por ejemplo, ten铆a un sentido del humor 煤nico y no le importaba hacer el rid铆culo por amor a Dios. Se paseaba por Roma con el cabello desarreglado y la ropa al rev茅s para combatir la vanidad. Si eso no es “ser diferente”, no s茅 qu茅 lo es.

San Francisco de Sales, por otro lado, tuvo que trabajar mucho en su car谩cter. Era naturalmente impaciente y explosivo, pero con la gracia de Dios logr贸 convertirse en el “santo de la dulzura”. De manera que si tu temperamento no es precisamente angelical, hay esperanza.

El desaf铆o de ser santo en un mundo de TikTok y Amazon Prime

Ser santo hoy no significa vivir desconectado de la realidad. No tienes que mudarte a un desierto ni usar sandalias de cuero hechas a mano (aunque si quieres, adelante). La clave es vivir en gracia de Dios y hacer el bien en lo cotidiano.

San Pablo ya nos dio la clave hace siglos: “Hagan todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10,31). Eso incluye responder con paciencia cuando alguien te manda un audio de cinco minutos en WhatsApp y no explotarle la bocina al que se te cruza en el tr谩fico.

Tips para no rendirte en la carrera a la santidad

  • Empieza peque帽o. No intentes ayunar cuarenta d铆as si apenas puedes sobrevivir sin caf茅 hasta media ma帽ana. Mejor ofrece peque帽os sacrificios diarios.

  • Reza aunque sea un "Se帽or, ay煤dame" bien sentido. La oraci贸n no tiene que ser de tres horas. Dios escucha hasta los gritos de auxilio r谩pidos.

  • Rod茅ate de buena compa帽铆a. No tienes que cortar con tus amigos de toda la vida, pero aseg煤rate de tener alg煤n compa帽ero de fe que te anime en el camino.

  • No te rindas. La santidad no es un sprint, es un marat贸n. Y como dijo Santa Teresa de Jes煤s: “La paciencia todo lo alcanza”.

No es misi贸n imposible

No necesitas efectos especiales ni un traje de agente secreto para aceptar esta “misi贸n”. Solo necesitas la gracia de Dios, un coraz贸n dispuesto y la decisi贸n de avanzar, aunque sea a pasitos de tortuga.

As铆 que adelante, santo en potencia. Qui茅n sabe, tal vez dentro de unos siglos alguien est茅 leyendo sobre c贸mo venciste la tentaci贸n de ver “un episodio m谩s” y elegiste rezar un Padrenuestro en su lugar.

¡Dios cuenta contigo! (Y tambi茅n est谩 dispuesto a perdonarte si alguna vez fallas en el intento.)


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