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¿Se puede ser católico y reírse? ¡Pregunta a San Felipe Neri!

Si crees que ser católico significa vivir con cara de funeral perpetuo, te tengo noticias: el cielo no es un monasterio silencioso, y Dios no es un jefe gruñón que solo premia a los serios. De hecho, el salmista ya nos lo advirtió: “Nuestra boca se llenó de risas, nuestra lengua de canciones jubilosas” (Salmo 126,2). O sea, la risa está en la Biblia, amigos.

Y si aún dudas, permíteme presentarte al patrono de los que saben que la santidad y el buen humor no están peleados: San Felipe Neri.

Un santo con chispa divina

San Felipe Neri (1515-1595) fue un sacerdote italiano famoso por su buen humor y por su amor por Dios. Pero no te imagines a un hombre con gesto solemne y voz impostada. Al contrario, este santo tenía la costumbre de soltar bromas, hacer juegos de palabras e incluso poner a prueba la humildad de sus seguidores con pequeñas travesuras.

Por ejemplo, un día, un joven le pidió consejo sobre cómo alcanzar la santidad. San Felipe, con toda la seriedad del mundo, le dijo que saliera a la calle con un gallo vivo bajo el brazo. Y el muchacho, pensando que era alguna práctica mística avanzada, obedeció. Claro, lo que en realidad quería enseñarle era que no se tomara tan en serio a sí mismo y que aprendiera a reírse de su propio orgullo.

La santidad no es sinónimo de cara larga

A lo largo de la historia, muchos santos han demostrado que el gozo y la risa son parte de la vida cristiana. Santa Teresa de Ávila decía: “Un santo triste es un triste santo”. Y vamos, si en el cielo hay fiesta incluso cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15,7), imagina la alegría que hay allá arriba. No hay razón para vivir la fe con amargura.

El propio Jesús usaba el humor en sus enseñanzas. ¿O crees que cuando dijo que más fácil puede pasar un camello por el ojo de una aguja que entrar un rico al cielo (Mateo 19,24), lo dijo con un gesto furioso? No. Era una imagen exagerada y graciosa que hacía que la gente se riera... y reflexionara.

Ser católico no significa ser un aguafiestas

Sí: se puede ser católico y reírse. Más que eso: se debe. Dios no nos quiere amargados, sino llenos de gozo. San Felipe Neri lo demostró con su vida, y tú puedes hacer lo mismo.

Cuando oigas decir que la fe es cosa de gente aburrida, ríete y contesta: “Pregúntale a San Felipe Neri”.


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