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🛋️ Cristianos en pantuflas: ¿Es válido ver la misa por TV?

¿Vale igual ver la misa en pijama desde el sofá que ir a la iglesia en persona? ¿Dios acepta una oración entre cucharones y comerciales? ¡Hablemos de la fe televisiva con citas bíblicas incluidas!

📺 Cuando el televisor es tu altar…

Hay personas que, por edad, enfermedad o circunstancias de la vida, no pueden ir a la iglesia. Para ellos, el televisor es más que entretenimiento: es su conexión con Dios. Sintonizan fielmente su canal comunitario para escuchar la Palabra, alaban a Dios desde casa y se sienten parte del cuerpo de Cristo… solo que en pantuflas.

Y no es cualquier canal: existen cadenas enteras dedicadas al Evangelio, con pastores, sacerdotes y predicadores de diferentes denominaciones, todos compartiendo la vida de Jesús con entusiasmo (y buena iluminación). Su tono firme y confiado recuerda que no están contando cuentos: están hablando del Dios vivo y verdadero.

📖 “La fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.”Romanos 10,17


🍳 Multitasking celestial: cocinar mientras escuchas a Dios

Pero no todos los televidentes son forzosos. Algunos, que sí pueden ir a la iglesia, simplemente no quieren. Prefieren ver la misa desde casa, con su cafecito en mano y el arroz a medio cocer. La misa de la tele no los obliga a saludar a nadie, ni a vestirse formal, ni a sentir que “deben” meter algo en la colecta. Para ellos, es una opción cómoda, anónima… y sin contacto humano.

Eso sí, muchos de ellos dejaron de ir porque alguien en la iglesia dijo algo que les molestó. ¿Hipocresía? ¿Juicios? ¿El sermón sobre el diezmo que parecía más bien un cobro? Sea como sea, se sintieron más regañados que amados, y por eso ahora prefieren la distancia emocional del control remoto.

📖 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos…”Hebreos 10,24-25


🕍 ¿Es eso válido? ¿Cuenta? ¿Está bien?

Transmitir servicios religiosos por televisión es una bendición moderna. Permite alcanzar a quienes no pueden estar físicamente en la iglesia, y también a los curiosos, los tímidos o los que aún están en proceso. Muchos líderes religiosos aprovechan este medio para evangelizar, enseñar y acompañar. La tecnología, bien usada, también puede ser un canal de gracia.

Y lo mejor es que muchas de estas transmisiones piensan en todos. En algunas, incluso, hay intérpretes de lengua de señas para que las personas sordas no se pierdan ni una palabra del mensaje. ¡Eso es verdadera inclusión!

📖 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”Marcos 16,15


📚 El Papa y la pantalla

¿Sabías que en 1965, durante el Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI autorizó oficialmente las transmisiones de la misa por televisión? Fue un paso gigante para llevar la liturgia a los hogares. Desde entonces, millones de personas han podido unirse espiritualmente a la misa, desde hospitales, prisiones o su casa, gracias a este avance. ¡Y eso fue mucho antes de YouTube!


🧠 Conclusión: Dios no tiene problemas con los controles remotos

Ver la misa por televisión puede ser un acto de fe legítimo… si no se convierte en una excusa cómoda para alejarse de la comunidad. La iglesia es más que un sermón: es comunión, apoyo, presencia. No todos pueden ir, pero si tú sí puedes, considera que tu lugar en la banca no se llena solo.

Y si por ahora estás en modo sofá, ¡no te preocupes! Cristo te alcanza hasta allí. Pero no cierres la puerta a volver cuando estés listo. Dios te espera con amor… aun si llegas tarde.


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